miércoles, 17 de diciembre de 2014
Evolucion de un Adolecente
12 Años
Cambios graduales. De un día para el otro el no bañarnos pasó de ser un acontecimiento trivial a una bomba de hedor. Aparecieron pelos donde antes no habían, descubrimos los placeres de una buena tocona o si ya lo habíamos hecho, notamos una novedosa secreción al culminar tan íntimo acto, seguido de (por supuesto) un llamado al mejor amigo para decirle “BOLUDO ME RE SALTÓ” con el entusiasmo de quien recibe un aumento. Si hubiésemos estado más atentos habríamos notado que las chicas ya no parecían tan interesadas en escuchar sobre como Lex Luthor de Tierra Tres era bueno y los demás eran malos, pero en vez de darnos cuenta de que ellas iban mas adelantadas en su maduración, las ignorábamos ya que Batman es un groso y la Mujer Maravilla no existe.
13 a 14 años
El infierno, para los demás. Aquí pasamos a ser el pendejo que se la tira de rebelde, autoengañándonos de que alguien nos podía tomar en serio. Discutimos al pedo, nos quejamos al pedo, nos pusimos nuestro primer pedo y enfrentamos a nuestros padres, seguramente con algún “¡Ni en pedo!”. Masomenos en esta etapa elegimos una tribu urbana donde nos sentíamos cómodos, para “ser yo”, siendo como todos nuestros amigos. Pronto también descubrimos que a la Mujer Maravilla le re daríamos.
Era también común llegar un día a nuestra habitación y pensar “¿por que tengo un poster de Frutillitas?”, colgando en su lugar un poster de la trola del momento. Aclaro que nunca tuve un poster de frutillitas pero si varios de Disney. Un día vinieron unas amiguitas a casa y pidiéndoles que me esperen un segundo, los arranqué de la pared y los tiré por el balcón. Por alguna razón imaginé que a las chicas no les iba a parecer un galán si entraban a mi cuarto y lo primero que veían era que muchas aventuras hay en PatoLandia. Eso si, la caja dorada del Zelda para Super Nintendo quedó en su lugar porque Link es EL PUTO AMO y si no lo podían entender no se merecían mimos.
15 a 16
Esclavos de la paja. A esta altura no solo descubrimos que la Mujer Maravilla está mas buena que un sordito en la cama, sino que también llegamos a ciertas conclusiones que paulatinamente iban creciendo en audacia, como:
-A Pamela Anderson la mato
-A Maby Wells le re doy
-A la Roccasalvo una le dedico
-A la de “A Jugar Con Hugo” le entro como Giunta a la gamba
En esta época es donde podíamos darnos el lujo de tener las mas intrascendentales conversaciones con nuestros amigos, el tipo de cosas que antes no podíamos discutir porque no eramos un dinamo hormonal y que con mas edad nos iban a parecer “boludeces”. Cuestiones como “¿A que personaje de Disney le darias murra?” adornaron mi adolescencia, que a propósito La Sirenita se lleva todos los premios y no me manden mails diciendo lo contrario, no voy a discutirlo a esta altura de mi vida porque son boludeces.
Algo común de esta etapa era también el “Tit Spotting”: pasar horas en frente al televisor desde las 22 horas con la paciencia de un francotirador araña esperando que en algun canal muestren una escena de sexo o como mínimo, una teta. Esto requería habilidades que nunca mas volveríamos a utilizar pero que eran dignas de un piloto militar: el zapping entre los canales mas prometedores a velocidad Mach V para no perdernos nada, el reconocimiento de terreno (Comedia adolescente +15-25% de tetas, Película Francesa +40% de sexo innecesario, Película Italiana +30% de BUENAS tetas), la valentía y adaptabilidad de un boina verde para terminar dedicándole una al documental de tribus africanas en el Discovery Channel y la creatividad de un estratega para desnudar mentalmente a la conductora de CNN.
Para los 16 ya volvimos a ser personas pensantes, al menos la mayoría. Algunos se quedaron y se quedarán por siempre en la estupidez de los 14, pero el resto dejamos la rebeldía inútil, las tontas costumbres y las bobas modas por algo mas importante: ponerla. Claro que para la mayoría de nosotros ponerla a los 15 o 16 era imposible dado que las de nuestra edad salían con pibes con auto. Gracias a Dios teníamos una mano hábil. Y Fashion Network.
17 a 18
Desilusión. Finalmente conseguimos la licencia de conducir, o un amigo la consiguió, y descubrimos que las chicas de nuestra edad salían con pibes con auto Y un laburo. Seamos sinceros, la mayoría de los muchachos que vemos pasear en el auto de papá tienen mas pinta de un prófugo de calesita que un galán. Eso no quita que teníamos un medio de transporte y podíamos ir a ROMPER LA NOCHE: Viajar por todos lados al pedo, parar en un mcdonalds, llevar combos agrandados e ir a comerlos a la costanera a ver como cojen en los otros autos.
Desde los 19 en adelante la llegada de un laburo/una carrera hace todo tan dispar que no podemos elaborar una síntesis. Sin embargo tenemos suficiente para trazar nuestro adolescente promedio, al menos masculino, ya que desconozco como será la adolescencia femenina. Creo que en algún momento “les viene” algo y desde ese entonces una vez por mes mudan la piel.
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